Go Back Go Back
Go Back Go Back
Go Back Go Back
Go Back Go Back

TEJIENDO LAZOS DE CONFIANZA QUE SALVAN VIDAS

TEJIENDO LAZOS DE CONFIANZA QUE SALVAN VIDAS

Historia

TEJIENDO LAZOS DE CONFIANZA QUE SALVAN VIDAS

calendar_today 01 Mayo 2023

Una respuesta colectiva para hacer frente a la pandemia
Una respuesta colectiva para hacer frente a la pandemia
Laura cuenta que cuando se enteró de su embarazo, en plena pandemia por COVID-19, se sintió angustiada y con temor de que algo le fuera pasar a ella o al bebé que esperaba. 

“Tenía sentimientos encontrados. Fue una gran sorpresa enterarme de que estaba embarazada pero sentí miedo por todo lo que se escuchaba sobre la pandemia”, relata Laura.

Laura tiene 38 años, es madre de cuatro hijos y reside en Chimaltenango, departamento de Guatemala. En esta localidad se registró el primer caso comunitario de COVID-19 y fue también allí donde se produjo una de las tazas más altas de contagios del país. La situación escaló la alarma y causó mucho temor en la población.

Laura con su hijo Antoine en un control periódico
Laura con su hijo Antoine en un control periódico

Durante la pandemia el miedo era común entre las mujeres embarazadas. Muchas dejaron de acudir con la periodicidad adecuada a los servicios de salud para su control prenatal.

Se desconocía mucho sobre la enfermedad y el temor era justificado, pues las estadísticas evidenciaron en poco tiempo que las embarazadas conformaban uno de los grupos poblacionales de mayor riesgo a tener una infección severa y necesitar hospitalizaciones.

El avance sin precedentes en la creación de la vacuna cambió este panorama sombrío. Rápidamente se evidenció a nivel mundial que la vacuna era la solución a la pandemia. Aún así hubo mucha resistencia de la población, como lo manifiesta Laura:

“decían que no era buena, que le perjudicaba a uno la salud, o que sino uno se iba a convertir en zombie, cosas así decía la gente. Yo también tenía miedo de que la vacuna pudiera dejar ciego a mi bebé, paralítico o con algún problema..”.

Cabecera departamental de Chimaltenango

 

YO ME VACUNO POR MÍ Y POR MI BEBÉ

De acuerdo con Patricia Ovalle del Programa de Salud Reproductiva del Área de Salud de Chimaltenango, en el 2020 ocurrió un alto número de muertes maternas relacionadas a Covid-19. “En ese momento, como Programa de Salud iniciamos a ver estrategias para poder fortalecer y cubrir a este grupo vulnerable, obviamente, a las comadronas, quienes son las que en determinado momento atendían a las embarazadas”, cuenta Patricia.

La situación representaba un reto para las instituciones de salud y también una oportunidad para articular sinergias con líderes locales y entidades de asistencia técnica vinculadas a la salud, y particularmente a la salud materna. El trabajo no era sencillo, requería una intervención articulada de difusión eficaz de información científica en un lenguaje popular capaz de desmitificar la imagen que se había creado en poco tiempo sobre la vacuna.

Patricia Ovalle, Encargada del Programa de Salud Reproductiva del Área de Salud de Chimaltenango

Tomando en cuenta lo anterior, la oficina de país del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Guatemala (UNFPA), estableció coordinaciones con el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social para el desarrollo de un modelo demostrativo que permitiera alcanzar al mayor número de embarazadas con esquemas de vacunación y así prevenir los casos severos y la mortalidad de este grupo poblacional.

En 2021, el UNFPA propuso el desarrollo de una campaña de comunicación multifocal en Chimaltenango, “Yo me vacuno por mí y por mi bebé”, para cambiar las percepciones negativas arraigadas en la población y difundir los beneficios de la vacunación. El proyecto se diseñó con la claridad de que para desmitificar las ideas acerca de la vacuna era estratégico sensibilizar a personas de confianza en las comunidades e involucrar también a influenciadores para ser voceros de la iniciativa.

Como punto de partida se trabajó en la articulación de aliados estratégicos de gobierno, cooperación y sociedad civil. El Área de Salud de Chimaltenango tuvo un papel fundamental en la implementación de la iniciativa con el acompañamiento técnico del UNFPA y otros actores fundamentales como el Movimiento Nacional de Comadronas Nim Alaxik y la Asociación de Servicios Comunitarios en Salud (ASECSA), cuya experiencia y conocimiento de la organización y liderazgos comunitarios, así como su trabajo en salud con comadronas tradicionales fue clave para el éxito de la iniciativa por los lazos de confianza que logran tejer a nivel comunitario con las mujeres embarazadas. Así lo relata Veronica Ixcot, de 61 años de edad, comadrona de Chimaltenango desde hace 24 años.

Marta Veronica Ixcot es originaria de Quetzaltenango, lleva 24 años de ejercer como comadrona tradicional en el Departamento de Chimaltenango. Veronica fue parte de las comadronas capacitadas por la iniciativa “Yo me vacuno por mí y por mi bebé” sobre la importancia de la vacuna contra el COVID-19 a mujeres embarazadas.

“A mí como comadrona me buscaban las pacientes y las tenía que atender, porque eso de que hubiera pandemia no me limitó a atenderlas. Otros decían que no atendiéramos, pero ¿qué se iba a hacer? si la paciente me iba a buscar yo tenía que atenderla porque es mi trabajo y si ella me está buscando es porque me tenía confianza”, manifiesta Veronica.

Los materiales de la campaña incluyeron videos con actores sociales diversos y reconocidos localmente, spots radiales en idiomas locales, mensajes en telivisión local y en redes sociales. Se formuló una estrategia con perifoneo en apoyo a jornadas de vacunación, y se motivó a las mujeres embarazadas entregándoles un kit con insumos durante la vacunación.

Paralelamente, se trabajó en la capacitación de líderes comunitarios para promover la vacunación, involucrando directamente a 219 comadronas tradicionales, 111 líderes y lideresas y 200 promotores de salud. En el período que funcionó la campaña en Chimaltenango tuvo un alcance de aproximadamente 200 mil personas.

A nivel institucional, se trabajó en el fortalecimiento de los sistemas de análisis e información para una mejor definición de la población meta, y se capacitó al personal de salud local sobre la importancia de la vacunación a embarazadas, la evidencia científica que la justifica y porque se consideran una población vulnerable.

Vallas, afiches, banners y kits sobre la campaña de comunicación “Yo me vacuno por mi y por mi bebe” en distintos lugares de Chimaltenango.

 

SALVANDO LA VIDA DE MUJERES EMBARAZADAS

La campaña produjo un cambio de percepciones en la población rápidamente. Como lo manifiesta Laura “cuando me empecé a informar cambié de opinión, porque me enteré que otras mamás embarazadas ya se habían puesto la vacuna. Mi comadrona también me lo aconsejó durante las visitas de chequeo. Finalmente, opté por vacunarme”.

La intervención hizo posible salvar las vidas de 691 mujeres embarazadas. Chimaltenango alcanzó el tercer lugar en vacunación a nivel nacional, el segundo en vacunación de embarazadas mayores de 18 años y el primero en vacunación de embarazadas menores de 18 años, pasando de 114 mujeres embarazadas vacunadas en septiembre de 2021 a casi 6 mil para el mes de enero del 2022.

Laura lleva a su hijo Antoine al centro de salud para su chequeo mensual, Chimaltenango.

“Yo pienso que la vacuna además de ayudarme a mí, ayudó a mi bebé a protegerlo mientras que estaba él en mi vientre, mientras que él se desarrollaba. Ahorita gracias a Dios, él está bien, yo lo veo sano, yo sé que no le perjudicó en nada porque él es un niño sano, está completito, enterito, es muy inteligente…y sí yo aconsejo a que se vacunen” comenta Laura.

Esta iniciativa fue liderada por la Dirección del Área de Salud de Chimaltenango del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social y el UNFPA, en alianza con la OPS/OMS, USAID, Banco Mundial, la Asociación de Servicios Comunitarios de Salud (ASECSA), el Movimiento Nacional de Comadronas Nim Alaxic y el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva (OSAR).

FOOTNOTES - Fotografías: UNFPA Guatemala/Caroline Trutmann y Manuel Coguox. Texto: UNFPA Guatemala/Liz Marroquín

Chimaltenango, Guatemala - © 2024 UNFPA GUATEMALA

Contenido relacionado