Para algunas madres jóvenes, el embarazo y el parto son algo previsto y deseado. Sin embargo, para muchas otras, no. Son múltiples los factores que contribuyen a esta situación: las adolescentes pueden encontrar presión para casarse y tener hijos temprano, las perspectivas educativas o de trabajo pueden ser limitadas, existe desconocimiento sobre cómo evitar un embarazo u obtener métodos anticonceptivos, limitadas capacidades para rehusar relaciones sexuales no deseadas, o la resistencia al sexo bajo coacción.