La juventud representa una oportunidad para el país en términos demográficos; sin embargo, a pesar de la aprobación de múltiples políticas públicas y estrategias que están orientadas a su atención, las condiciones de pobreza y desigualdad persisten, evidenciando la falta de capacidad del Estado para garantizar el pleno ejercicio de todos los derechos de las y los jóvenes de Guatemala.