GUATEMALA, Guatemala - Sabemos que la vida es riesgo constante, sin embargo en Guatemala desde que se nace las condiciones son muy adversas. La desigualdad social y los altos niveles de exclusión para una mayoría de la población generan condiciones difíciles para el acceso a la salud. Sobre todo para las mujeres indígenas.
De la población total guatemalteca al año 2012 el 40 por ciento son indígenas, según datos del Instituto Nacional de Estadística de Guatemala (INE), sin embargo para algunas organizaciones indígenas este porcentaje supera el 60 por ciento de la población del país, además la mayoría de la población son mujeres. Son ellas quienes no cuentan con servicios culturalmente pertinentes y son pocos los servicios que atienden en cualquiera de los 22 idiomas mayas que se hablan en las comunidades de Guatemala, sobre todo si de asistencia en salud para el estado de maternidad se trata.
Según datos de la Oficina del Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas (UNFPA), presentados en un informe sobre el Estado de las Parteras en el Mundo, para Guatemala las proyecciones al año 2030 indican que la población crecerá el 50% de su población actual y tendrá un aproximado de 22,6 millones de habitantes. El informe detallas que el 92% de las muertes maternas y neonatales ocurren en solo en 73 países del mundo, donde solo existe un 42% de personal médico para atener todos los casos de partería.
Uno de los países con esos altos indicadores de muertes es Guatemala, sin embargo y a pesar de ello, el país posee posibilidades de combate a estas muertes debido a su multiculturalidad, ya que es uno de los países del mundo en donde las comadronas y parteras contribuyen de manera efectiva a reducir la muerte de mujeres embarazadas por falta de atención médica.
Muchas mujeres optan por parir en su casa, debido a que no son atendidas en el idioma de su comunidad en los hospitales, sus tradiciones no son respetadas y las distancias las aíslan de las instituciones. Entonces, el apoyo de una partera que pueda combinar los saberes ancestrales con los beneficios de la medicina resulta fundamental.
Esto permite nuevas posibilidades, en donde pueden coordinarse el estado, las universidades, las comunidades y los donantes para enfrentar el problema de la mortalidad materna, desde la creación de espacios de formación de más parteras que puedan suplir esa necesidad de atención y además con vínculos comunitarios. Recién se ha creado la carrera de Partería Técnica en la Universidad Da Vinci, y esto crea la posibilidad de cubrir la urgente necesidad de atención en salud a las mujeres.
Lucía López, una mujer joven, maya kaqchikel de Sololá, es una Partera profesional, licenciada en México y que actualmente es la coordinadora de la recién creada carrera. Ella ha asistido a más de 300 mujeres en partos. Indicó la importancia que tiene el proyecto de formar parteras dentro del sistema de salud, ya que se busca formar mujeres y luego incorporarlas al sistema nacional de salud con buenos conocimientos técnicos y científicos en las materias de anatomía, farmacología, educación sexual, para que estén preparadas para atender partos normales y en caso se den complicaciones.
Se busca tener el vínculo comunitario de las mujeres, para que su labor no se limite a la asistencia en partos, sino que den confianza a las mujeres para brindar educación sexual y consultas ginecológicas. “Las parteras somos altamente humanas y con vocación de servicio,”, dice Lucía y agrega: “decidí aceptar el puesto de coordinadora de la carrera de partería técnica porque es urgente y necesaria la carrera en Guatemala, además me interesa que más mujeres puedan formarse para apoyar a otras, ya que actualmente muchas mueren antes, durante y después del embarazo por causas que podrían haber sido evitadas”.
Esta carrera ha sido creada con el aval del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), para brindar acceso universal al conjunto de servicios de salud sexual, reproductiva, materna y neonatal. Por la responsabilidad adquirida por el Estado de Guatemala desde el 2010 con la ratificación de la Ley de Maternidad Saludable.
El doctor Pablo Werner Ramirez, Vice Ministro de Salud, reconoce que las parteras han tenido un rol importante para la atención de las mujeres en estado de embarazo, pero que no han tenido el reconocimiento que merecen del sistema de salud y que el interés del Ministerio de fomentar este espacio de formación a las parteras serviría para garantizar el acceso a salud en las comunidades de Guatemala.
El proyecto de la escuela lleva varios años en gestación y es hasta ahora que se concreta. El currículo está completo, ha contado con el apoyo de expertas internacionales que han trabajado los contenidos de la carrera, y convocará a mujeres jóvenes con vocación de servicio. Abrirá sus puertas en Huehuetenango durante el mes de mayo del 2015.
Verónica Simán, representante de UNFPA en Guatemala agrega que las institución que representa ha acompañado este esfuerzo junto al Ministerio de Salud, pues la necesidad de combatir la mortalidad materna es una necesidad urgente y que se ha elegido el departamento de Huehuetenango por tener la mayor tasa de mortalidad materna registrada en el país, ya que duplica la media nacional que es de 113 muertes de madres por cada 100 mil nacidos vivos.
Este proyecto de formación e incorporación de parteras al sistema nacional de salud es una invitación a plantearnos nuevas formas para atender y priorizar la salud de las mujeres y de las madres. Y por eso es importante formar a quienes ayudan y asisten a esas madres a dar vida.
El próximo martes 12 de mayo, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social firmará un convenio para la formación de Parteras Profesionales con la Universidad privada Da Vinci, que formará a mujeres indígenas de comunidades mayas como Parteras Profesionales. Este Convenio también desarrolla la incorporación de la nueva figura de la Partera al Sistema de Salud.