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Nueva York – 1 de Diciembre 2011 - Hoy, en el Día Mundial del SIDA, es hora de hacer balance de que tan lejos hemos llegado, unir nuestras fuerzas y renovar nuestro compromiso de trabajar juntos hacia la meta cero de nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el SIDA.
Con la población mundial superando a 7 mil millones, las economías con recursos limitados y la identificación de la raíz común de las enfermedades de salud sexual y reproductiva y el VIH. Se exigen políticas concretas y acciones con un enfoque completo e integral.
La oportunidad de mejorar la salud de todo el mundo se encuentra en el fortalecimiento de los servicios integrados. Una estrategia clave para acelerar el progreso es forjar alianzas y cultivar entre la salud sexual y reproductiva y del VIH, incluyendo las redes de personas que viven con el VIH.
Mediante la integración de servicios, podemos mejorar su calidad y accesibilidad, lo que significa que más personas utilizaran estos servicios. Esto también mejorará la salud y los resultados conductuales, incluyendo el uso del condón, el conocimiento de las personas sobre el VIH, la salud de las mujeres y sus hijos y la eliminación la transmisión de madre a hijo del VIH. Tratar el VIH como parte de los servicios básicos en un centro médico también ayudará a reducir el estigma y la discriminación.
Hay demasiados jóvenes que aún carecen de un conocimiento completo acerca de cómo prevenir la infección por VIH y, a menudo se enfrentan a retos en el acceso a los servicios que necesitan. Invertir en la salud de los jóvenes y la educación, incluyendo educación sexual, es una estrategia inteligente, con beneficios a largo plazo. Poniendo a las personas jóvenes en el centro de la respuesta, su liderazgo, iniciativa y energía puede ser desencadenado por un cambio positivo.
En un mundo de 7 mil millones de personas, para que cada persona disfrute de la igualdad de derechos y la dignidad, hay que centrarse en la equidad y llegar a las poblaciones más vulnerables y desfavorecidas. Al garantizar la igualdad de derechos y la dignidad, podemos capacitar a las personas para que puedan alcanzar su pleno potencial. Así mismo nuestra población crezca en los próximos años, es crucial que tomemos medidas ahora para asegurar que todo embarazo sea deseado, cada parto sea seguro y que todos los jóvenes estén libres del VIH y el SIDA.