Guatemala ha logrado avances clave en salud materna, pero el reto aún no está superado.
Cada día, al menos una mujer muere en Guatemala por causas relacionadas con el embarazo, el parto o el posparto. Aunque esta realidad aún persiste, los avances recientes demuestran que el país puede cambiar esta historia. Por primera vez, Guatemala ha logrado una reducción sostenida de la mortalidad materna, alcanzando en 2023 la cifra más baja registrada: 318 muertes. Este progreso, resultado del compromiso del personal de salud, del trabajo comunitario, institucional y multisectorial, confirma que es posible alcanzar la meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3: reducir la razón de mortalidad materna a menos de 70 por cada 100,000 nacidos vivos —menos de 270 muertes anuales— para el año 2030, si se mantienen y aceleran los esfuerzos.
Pero la pregunta clave es: ¿qué hace falta para lograr la meta?
Primero, es necesario garantizar el acceso universal a servicios de salud materna de calidad, especialmente en zonas rurales y comunidades indígenas. Esto implica asegurar la presencia de personal de salud calificado, la disponibilidad de insumos esenciales y un sistema de transporte oportuno en situaciones de emergencia. También es clave fortalecer la articulación entre los actores comunitarios, sociales e institucionales, así como garantizar el acceso universal a métodos anticonceptivos modernos.
Segundo, se deben eliminar las barreras económicas, sociales y culturales que impiden a muchas mujeres acceder a servicios oportunos. Esto incluye combatir la violencia de género, reducir el embarazo en adolescentes y ampliar el acceso a información sobre salud y derechos sexuales y reproductivos. La planificación familiar debe ser una opción real y accesible para todas las mujeres.
Tercero, se requiere una gobernanza clara y sostenida. Guatemala necesita una estrategia nacional robusta, multisectorial y basada en evidencia, que articule esfuerzos existentes, escale buenas prácticas y cuente con financiamiento. Además, es fundamental fortalecer los sistemas de información en salud para orientar las decisiones, identificar brechas y monitorear los avances con precisión.
El próximo 28 de mayo, se conmemora el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, esta fecha nos convoca a renovar el compromiso con la vida y la salud de las mujeres guatemaltecas. Es un recordatorio de que los derechos de las mujeres a una maternidad segura, voluntaria y saludable no pueden postergarse.
La inversión en la salud de las mujeres salva vidas, reduce desigualdades y acelera el desarrollo. La evidencia demuestra que cada dólar invertido en salud materna y neonatal genera un retorno de hasta 20 dólares en países de ingresos medios y bajos.
Guatemala tiene hoy una oportunidad histórica, alcanzar la meta del ODS 3. Lo logrado hasta ahora muestra que es posible, pero también que el camino por recorrer exige compromiso sostenido, alianzas efectivas y una visión centrada en los derechos de las mujeres. No podemos permitir que ninguna mujer pierda la vida al dar vida. Es momento de invertir y de garantizar que cada embarazo sea deseado, cada parto seguro y que cada mujer goce de salud y un trato digno.
Desde hace más de dos décadas, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ha trabajado en estrecha colaboración con instituciones del Estado, personal de salud y comunidades en Guatemala para avanzar hacia este objetivo. Acompañando políticas públicas, fortaleciendo capacidades y apoyando servicios esenciales, UNFPA reafirma su compromiso con un futuro donde ninguna mujer muera por causas prevenibles relacionadas con la maternidad.
*Por: Víctor Valdivieso, Representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)
*Esta columna se publicó en Prensa Libre el 24 de mayo de 2025.
