Go Back Go Back
Go Back Go Back
Go Back Go Back
Go Back Go Back

Palabras de la Dra. Natalia Kanem con motivo del Día Internacional de la Mujer

Palabras de la Dra. Natalia Kanem con motivo del Día Internacional de la Mujer

News

Palabras de la Dra. Natalia Kanem con motivo del Día Internacional de la Mujer

calendar_today 08 Marzo 2022

Las mujeres y las niñas pagan un alto precio durante los conflictos y las emergencias.

Más de 1 millón de personas, en su mayoría mujeres, niños y niñas, han huido ahora de sus hogares en Ucrania a países vecinos. Para ellas, el desplazamiento traerá una mayor vulnerabilidad a la violencia, el abuso sexual y la explotación. Por otra parte, muchas de estas mujeres están embarazadas y podrían necesitar atención médica o ayuda con embarazos complicados. La falta de acceso a servicios de salud en estas situaciones pone sus vidas en riesgo.

Los conflictos, los impactos climáticos y la prolongada pandemia de COVID-19 han profundizado las desigualdades de género. En la actualidad, un número récord de personas en el mundo entero se encuentran desplazadas y requieren asistencia humanitaria y acceso a servicios esenciales, y son las mujeres y las niñas las que están pagando el precio más alto.

A pesar de que el conflicto en Yemen ha escapado de la atención mundial, siete años de lucha han diezmado su sistema de salud, y se estima que ha dejado a 5 millones de mujeres y niñas sin acceso a servicios de salud sexual y reproductiva vitales. Hoy en día,
una mujer muere durante el parto cada dos horas en ese país por causas que se podrían evitar casi por completo.

Para millones de mujeres y niñas que han vivido a la sombra del conflicto en el este de Ucrania durante los últimos ocho años, es probable que la violencia de género, que ya es una realidad cotidiana, empeore. Para algunas mujeres y niñas en Siria, la violencia y el abuso son lo único que siempre han conocido. En pocas palabras, a las mujeres y las niñas que viven en emergencias en todo el mundo se les priva de la capacidad de asumir el control de sus cuerpos, vidas y futuros. Su sufrimiento es inmenso; es injustificado e innecesario.

El notable avance mundial que se ha logrado durante las últimas dos décadas en el ámbito de la salud y los derechos sexuales y reproductivos está en peligro en los entornos frágiles y de conflicto en el mundo entero. Vimos cómo, con gran rapidez, avances logrados con
tanto esfuerzo a favor de las mujeres y las niñas se perdieron a consecuencia de la crisis en Afganistán. En Tigray, en el norte de Etiopía, y en Cox’s Bazar, en Bangladesh, las mujeres y las niñas continúan pagando el alto costo del conflicto y sus secuelas.

En las Filipinas, lo mismo que en Haití, Tonga y otros pequeños estados insulares en desarrollo, los impactos de la crisis climática y la intensificación de los desastres naturales puso presión en los medios de subsistencia de las mujeres y su capacidad de acceso a alimentos, agua y otras necesidades básicas, lo cual las ha vuelto más vulnerables a situaciones de discriminación, explotación y abuso.

El día de hoy, con motivo del Día Internacional de la Mujer, hago un llamado a la comunidad internacional a garantizar la salud, los derechos y la dignidad de las mujeres y las niñas, y a proteger la infraestructura crítica en todos los países afectados por conflictos y crisis. Los servicios de salud sexual y reproductiva no deben ser una ocurrencia tardía durante las emergencias. En el caso de la mujer a punto de dar a luz, o la adolescente sometida a abuso sexual, estos servicios son tan vitales como los alimentos, el agua y los albergues y pueden significan la diferencia entre la vida y la muerte.

Debemos escuchar las voces de las mujeres e invertir en su liderazgo y resiliencia. Las mujeres unen a las comunidades; las mujeres lideran esfuerzos para mitigar y adaptarse al cambio climático; y las mujeres pueden impulsar la conciliación y garantizar una paz
duradera. 

En todo conflicto o crisis, cada día es un día más que nos aleja de la posibilidad de crear el futuro mejor, más sostenible y equitativo que queremos. Las mujeres y las niñas en el mundo entero necesitan y merecen la paz.