"Decidí estudiar partería cuando me di cuenta de que las mujeres en la comunidad necesitaban atención médica cercana y en su propio idioma", expresa Angela Gonzáles, en su idioma materno el q'anjob'al.
Angela forma parte de las escasas 112 Técnicas en Partería graduadas que hay en Guatemala. El rol de estas profesionales va más allá de traer niños al mundo. Su formación integral abarca desde la asesoría durante el embarazo, el trabajo de parto hasta la atención postnatal, proporcionando un continuo cuidado que aborda tanto las necesidades médicas como las emocionales de las mujeres. Esta atención personalizada y la comunicación en su propio idioma no solo facilita la transmisión de información médica crucial, sino que también establece un vínculo de confianza y empatía entre las mujeres y sus proveedores de atención médica.
La misión de las parteras en comunidades indígenas
Angela trabaja en el hospital de Santa Cruz Barillas, un municipio del departamento de Huehuetenango. Este departamento es conocido por su rica diversidad lingüística, ya que se estima que aproximadamente el 65% de su población es indígena, y se hablan varios idiomas mayas, entre ellos el q'anjob'al, el mam, el akateko y el chuj.
En estas áreas, la distancia, la diversidad lingüística y la escasez de personal son desafíos habituales. El hospital más cercano a Barillas se encuentra en la cabecera departamental, lo que implica viajes de hasta siete horas en autobús o cinco horas en ambulancia para casos de emergencia, según señala el Doctor David Velásquez, Director Ejecutivo del Hospital de Barillas, quien destaca el desafío de llegar a más de 300 comunidades dispersas, algunas de ellas a ocho horas de distancia.
La presencia de parteras universitarias como Angela ha demostrado ser invaluable. “Su capacitación integral les permite no solo asistir en partos, sino también brindar un cuidado prenatal de calidad, monitorear el posparto y ofrecer orientación en planificación familiar”, añade el Doctor Velásquez.
El dominio de idiomas mayas por parte de las parteras asegura una conexión cultural y lingüística vital con las mujeres embarazadas. Como lo expresa Angela: “he notado que las personas ahora llegan con mayor confianza, saben que recibirán atención en su propio idioma y que se respetará su cultura”.
Además de la pertinencia cultural, Lisbeth García Granados, Técnica en Partería, considera que la formación profesional de una partera, así como su vocación de servicio y facilidad para relacionarse con las personas es indispensable: “Tenemos las herramientas para capacitar a comadronas empíricas y al personal de enfermería en labores auxiliares. También trabajamos en estrecha colaboración con los Consejos de Desarrollo Comunitario (COCODES) para brindar apoyo en caso de complicaciones en pacientes que necesitan ser trasladadas desde su comunidad a un centro de atención médica”.
El Programa de Formación de Técnicas Universitarias en Partería inició en Guatemala en 2018 como resultado de un esfuerzo conjunto entre diversos actores. La carrera es impartida por la Universidad Da Vinci, con el respaldo del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social. Hasta el año 2023, un total de 112 técnicas en partería habían completado su formación en las sedes universitarias ubicadas en Huehuetenango, Quiché y Alta Verapaz. El Fondo de Población de las Naciones Unidas ha acompañado este proceso desde 2010, mediante la revisión y actualización del plan de estudios de las técnicas universitarias en partería.
Salvaguardando vidas con una inversión vital
“Antes de la llegada de las Técnicas en Partería al hospital, solíamos enfrentar hasta dos o tres casos de hemorragias obstétricas diarias, debido a la falta de personal", comenta Gladys Mérida, Jefa del Departamento de Ginecobstetricia del Hospital de Barillas. "Nos resultaba difícil controlar todas estas situaciones. Sin embargo, gracias al acompañamiento y monitoreo proporcionados por las técnicas universitarias en partería, hemos visto una disminución en el número de hemorragias obstétricas", añade.
Para Alejandro Silva, Oficial de Salud Sexual y Reproductiva del UNFPA, las técnicas en partería realizan una valiosa labor en la promoción de la salud materna, y señala que: “invertir en su formación y desarrollo no solo mejora los resultados de salud para las madres y los recién nacidos, sino que también fortalece el tejido social al empoderar a las mujeres y garantizar que cada vida, sin importar su origen o circunstancias, sea recibida con todos los cuidados que merece”.
El informe "Estado de las Parteras en el Mundo 2014", una publicación del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la Confederación Internacional de Matronas (ICM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), indica que “invertir en educar más parteras que sean después empleadas para prestar servicios en la comunidad podría generar una rentabilidad 16 veces mayor a la inversión realizadas, en términos de vidas salvadas y ahorro en cesáreas evitadas, y es una opción óptima en atención primaria en salud”.
En la actualidad, en Guatemala, hay un total de 66 técnicas en partería contratadas en las Direcciones Departamentales de Redes Integradas de Servicios de Salud (DRISS). Durante el primer trimestre del año 2024, estas profesionales lograron atender con éxito 118 partos, asegurando un proceso seguro y respetuoso para las madres y los recién nacidos. Además, gestionaron y derivaron un total de 158 complicaciones obstétricas, abordando eficazmente situaciones que requerían atención especializada. También proporcionaron seguimiento a 570 mujeres embarazadas con factores de riesgo y a 342 con señales de peligro. Asimismo, brindaron atención integral a 209 recién nacidos, garantizando su bienestar en todo momento. Estos números reflejan el valioso trabajo realizado por las técnicas en partería en Guatemala, quienes desempeñan un papel crucial en la reducción de la mortalidad materna e infantil y en el fortalecimiento de los servicios de salud en el país.
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