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"LA POSIBILIDAD DE DECIDIR PUEDE CAMBIAR EL MUNDO.
Puede mejorar rápidamente el bienestar de las mujeres y las niñas, transformar familias y sociedades, y acelerar el desarrollo mundial.
 
La medida en que las parejas y las personas disfrutan de la posibilidad real de decidir si
tener o no hijos, y cuándo y cuántos tener, también repercute directamente en los niveles de fecundidad. Cuando las personas pueden tomar esas decisiones por sí mismas, tienden a elegir familias más pequeñas. En los casos en los que sus opciones son limitadas, suelen formar familias grandes o muy pequeñas, a veces incluso sin hijos".
 
Dra. Natalia Kanem
Directora Ejecutiva
Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)