Usted está aquí

En el mundo actual, la disparidad en la distribución de la riqueza ha aumentado de manera alarmante. Miles de millones de personas se mantienen en los quintiles más pobres, con lo que se vulneran sus derechos humanos y se truncan sus posibilidades de una vida mejor. En el extremo opuesto, los recursos y privilegios crecen a un ritmo desenfrenado que aleja al mundo del ideal de igualdad consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos.