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El UNFPA en Guatemala

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) es el organismo de las Naciones Unidas que trabaja para lograr que todos los embarazos sean deseados, todos los partos sean seguros y todas las personas jóvenes desarrollen su pleno potencial, aprovechando el bono demográfico y bajo el principio de no dejar a nadie atrás y llegar a los más rezagados.

La aspiración del UNFPA es contribuir a lograr tres resultados transformadores:

  • Poner fin a las necesidades insatisfechas de planificación familiar
  • Poner fin a las muertes maternas evitables
  • Poner fin a la violencia y prácticas nocivas contra niñas, mujeres y adolescentes

En Guatemala, la agenda de trabajo se centra en: (a) promover el acceso universal a la salud sexual y reproductiva, contribuyendo a la reducción de la mortalidad materna y los embarazos en la adolescencia; (b) reforzar los conocimientos para la vida de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, así como su participación; (c) prevenir y reducir la violencia contra las mujeres y las niñas y otras prácticas nocivas, así como la discriminación; (d) mejorar el sistema estadístico nacional y las políticas públicas basadas en datos empíricos. 

El UNFPA fue creado en el año 1969 como una respuesta a las necesidades derivadas de los desafíos sociodemográficos y a las dificultades concomitantes en particular para los países más pobres y en desarrollo. En Guatemala, inició su labor en 1998 y actualmente se encuentra implementando su octavo ciclo de cooperación con el país.  

Desafíos

Un compromiso por la juventud

Guatemala es un país joven, 6 de cada 10 personas tiene menos de 30 años. Su estructura poblacional está compuesta por una mayor proporción de personas en edad productiva (jóvenes y adultos) que aquellas en edad dependiente (niños y personas mayores). Esto representa una ventana de oportunidad llamada bono demográfico que propicia un escenario potencialmente favorable para el desarrollo económico durante los próximos 30 años aproximadamente.

El bono demográfico se traducirá en beneficios reales en la medida que se realicen inversiones en educación de calidad y se asegure el acceso a salud y empleo en igualdad de oportunidades para mujeres y hombres, adolescentes y jóvenes.

Sin embargo, existen desafíos que de no superarse ponen en riesgo el aprovechamiento de este bono demográfico, tal como lo muestran estos datos:  

  • 4 de cada 10 jóvenes entre 13 y 24 años han alcanzado niveles educativos menores a la primaria y por lo tanto no estarán capacitados para entrar al mundo laboral. 
  • 7 de cada 10 adolescentes entre 13 y 17 años  trabajan en condiciones de informalidad y no asisten a la escuela.
  • Cada día, 176 niñas y adolescentes son madres. En 2021 se registraron 64,341 nacimientos de madres entre 10 a 19 años. 
  • Las madres adolescentes, en promedio, tendrán 30% menos de ingresos monetarios a lo largo de su vida respecto a las que postergaron su fecundidad luego de los 20 años.
  • Solo 4 de cada 10 mujeres en edad de trabajar participan en el mercado laboral. Y el 43 % de las jóvenes entre 15 y 24 años no trabajan de forma remunerada ni estudian, porque la gran mayoría se encuentra haciendo trabajo de cuidados sin ninguna remuneración.

El incremento de la participación de la mujer en la actividad productiva representa un beneficio económico potencial como bono de género. Para aprovecharlo es necesario revertir la realidad que reflejan los datos anteriores. En el mediano plazo se necesitaría que más mujeres participen en el mercado laboral y que las y los jóvenes que entran al mercado laboral tengan más acumulación de capital humano. 

En una sociedad que busca reducir las desigualdades, las nuevas generaciones necesitan estilos de vida saludables y condiciones de seguridad en el hogar, la escuela y la comunidad; así como oportunidad para contar con una educación de calidad para su pleno desarrollo.

Nuestro trabajo

Programa de País 2022-2025

Nuestro Programa de País contribuye a los tres resultados transformadores de UNFPA, enfocándose particularmente en poner fin a la mortalidad materna evitable, como un acelerador hacia el logro de los ODS, dado su efecto sobre los otros resultados transformadores, contribuyendo a apoyar los esfuerzos del país para aprovechar el bono demográfico. 

Tiene como compromiso reducir la mortalidad materna en 30 puntos porcentuales (de 113 a 78 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos) en los municipios priorizados de cinco departamentos: Huehuetenango, Quiché, Alta Verapaz, Chiquimula y Chimaltenango que presentan los indicadores más desafiantes en mortalidad materna, así como los niveles más altos de pobreza y desnutrición

Esto lo lograremos mediante un modelo integral que incluye:

  • Ampliar el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad, ofreciendo una gama de anticonceptivos que se adapten a las condiciones y necesidades de la población, y que contribuyan a reducir las muertes maternas. 
  • Teniendo en cuenta que el 34% de las muertes maternas evitables se producen en niñas y adolescentes embarazadas de 10 a 29 años, el programa promoverá estrategias basadas en los derechos humanos y culturalmente sensibles para abordar las determinantes de los embarazos en adolescentes y las uniones/matrimonios tempranos y forzados.
  • Apoyar a fortalecer una educación que prepare a adolescentes y jóvenes para la vida y una toma de decisiones informada y les brinde las capacidades para participar activamente en el desarrollo del país.
  • Prevenir y abordar las causas que determinan la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes; así como la discriminación y la violencia sexual.
  • Fortalecer el sistema estadístico nacional, así como las políticas públicas basadas en evidencia.  

El alcance del programa es nacional, con intervenciones específicas centradas a nivel territorial, e integra la preparación para situaciones de emergencia desde un enfoque de triple nexo que promueva la resiliencia en todas sus intervenciones.